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Déjate Querer | 10 años de transformar conceptos y tradiciones

Staff by THECORE

Imágenes: Jorge A. Rodríguez / Cortesía Déjate Querer / Jaime Navarro

Un borrego de la familia detonó la idea de trabajar con fieltro diseñando unidades geométricas mínimas que al conectarse por medio de ensambles resultaran en tapetes de diseños únicos. Así, dos maneras de observar el mundo, una desde el ojo que aporta la antropología, y otra desde la habilidad técnica que trae el diseño industrial, se unieron en noviembre de 2011 para formar Déjate Querer.

Rocío Cortés y Ana Paula Alatriste coincidían en el deseo de trabajar juntas. Las primeras intenciones no realizadas llevaron al propósito del estudio, vender artículos de casa resultó en la reflexión antropológica de Rocío de que las personas necesitan tapetes; importar telas después de un viaje a ferias textiles en China resultó en la convicción de trabajar con telas nacionales.

El pelo de Lamberto, el borrego que se había unido a la familia para comer el pasto del jardín en vez de cortarlo, abrió reflexiones, trabajar con fieltro, crear con las manos, conectar y hacer desde lo local. La intención fue clara, crear tapetes de fieltro, y el ensamble fue el sistema de producción con el que la habilidad técnica de Ana Paula las llevó a definir además la estética de sus creaciones.

Déjate Querer apuesta por una producción humanizada al reconciliar lo producido industrialmente con lo creado manualmente. La experimentación manual -con una materia proveniente de una técnica milenaria- se evoluciona con su digitalización -sus unidades mínimas se diseñan y reproducen gracias a lo digital- para regresar a ser unidas por el entendimiento universal del tejer que provoca encuentros sociales, los cuales se prolongan con el tapete como plataforma de encuentros humanos.

Tapetes multidimensionales

Déjate querer rebasa al hilo, a diferencia de un tapete convencional con dos variables lineales -trama y urdimbre, punto y línea-, el hilo lo evoluciona a un objeto diseñado en sí mismo. Sus tapetes otorgan posibilidades al usuario y al espacio, no son los espacios finitos del tapete común ya que pueden migrar, reconfigurarse, redimensionarse, colgarse o replegarse. Su diseño y manufactura permite que actúen multidimensionalmente al estar formados por piezas interconectadas de fieltro, un material que al mismo tiempo está constituido de las interconexiones de lana, y a su vez, el tapete crea un espacio que interconecta física y emocionalmente.

Su materia prima tiene la capacidad tangible e intangible de reunir todos los elementos que hoy son importantes para la humanidad y el medio ambiente. A través del tiempo ha servido para protegernos de manera física y emocional porque es gracias al tacto que podemos tocar el mundo y sentirnos presentes en él, nos aporta sentido de pertenencia, reconectando positiva y significativamente con nuestro mundo material, natural y humano.