El hotel Drift Santa Barbara,

situado en el 524 de State Street, es una moderna reencarnación de un hotel del siglo XX que ocupó esta ubicación.Una de las pocas supervivientes del centro de la ciudad tras el terremoto de Santa Bárbara de 1925, la edificación ha permanecido durante más de 100 años y ha tenido muchas vidas. Durante los últimos 10 años, antes de su transformación actual, el edificio de 15,617 pies cuadrados fue la sede de la Iglesia de la Cienciología, en gran medida aislada de la comunidad por sus paredes

El enfoque de diseño preserva el sentido de misterio al tiempo que aporta una experiencia de viaje inesperada y vanguardista a la popular zona de ocio. A través de decisiones de diseño impactantes e intencionales, el equipo ha devuelto la vida moderna a un edificio inaccesible para la mayoría de la comunidad durante mucho tiempo, proporcionando un aliento de aire fresco al centro y atendiendo a todos.

En contraste, los interiores modernos rompen con el diseño tradicional, utilizando el negro como principal acento, complementado con concreto y madera. Inspirándose en la primera propiedad de Drift en San José del Cabo, el hotel está decorado con productos de fabricantes californianos y mexicanos, rindiendo homenaje a las raíces de Baja California mientras celebra su ubicación en la costa californiana. El diseño abierto y las puertas de garaje que dan a la avenida invitan a la comunidad a quedarse y disfrutar de los restaurantes Dawn y Dusk, con las habitaciones del hotel dispuestas para que los huéspedes las exploren y disfruten.El espacio está pensado tanto para los lugareños como para los viajeros, devolviendo al edificio su papel como un verdadero lugar de hospitalidad. La arquitectura exterior conecta la zona con la comunidad circundante de influencias españolas, preservando y rescatando las paredes de estuco blanco, las ventanas arqueadas y las tejas de terracota.

Como parte de una restauración, el desafío fue trabajar dentro del contexto histórico al tiempo que se creaban experiencias atractivas para el viajero moderno. Las habitaciones, compactas en comparación con la habitación de hotel promedio, están diseñadas de manera creativa para maximizar los pies cuadrados a través de elecciones de diseño, como un rincón construido debajo de la estructura de la cama para ocultar el equipaje de mano y una ducha con esquina de vidrio para hacer que la habitación parezca y se sienta más espaciosa al entrar, manteniendo al mismo tiempo un ambiente acogedor.

La distribución del primer piso es muy abierta, con paredes operables entre la cafetería y el bar para crear un espacio donde los lugareños y los viajeros puedan colaborar. Las puertas de garaje se abren hacia la avenida peatonal para despertar el interés de los transeúntes y revelar el misterio e historia de esta estructura histórica. La restauración introduce un uso vibrante a un edificio antes deteriorado y generalmente vacante, al tiempo que ayuda a preservar e introducir a los viajeros en la rica cultura de Santa Bárbara. El equipo de diseño ANACAPA y varios consultores desempeñaron roles clave en esta transformación, con Dan Weber como arquitecto, Jessi Finnicum-Schwartz como gerente de proyecto y Lila Boyce como diseñadora. El equipo de consultores incluye a ANACAPA Architecture para arquitectura e interiorismo, Parton + Edwards Construction como contratista, Ashley Vance Engineering para ingeniería civil y estructural, Consulting West para ingeniería MEP y New School como consultor para la cocina, el bar y la cafetería.